Tijuana, 22 de julio de 2022. – La señora María Ávila asegura que su esposo Andrés Reyes González, de 75 años, ha tenido que esperar siete años por una cirugía de reconstrucción de cadera en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
“Que espere me dicen. Mi esposo es diabético e hipertenso, puede sufrir un infarto, no es posible. Él tiene el derecho a vivir y vivir bien con calidad de vida; pero me dicen llévatelo a tu casa a ver cuánto aguanta, como un mueble”, relata la derechohabiente.
María Ávila señala que el IMSS le argumenta que no cuenta con una prótesis o médicos especialistas. Durante esos siete años el señor Andrés Reyes González ha tenido que soportar dolores intensos que solo con medicamento puede sobrellevar.
Cuando solicitaron la cirugía su esposo tenía 68 años, el tiempo juega en su contra pues Andrés Reyes González ya tiene 75 años y no puede sostenerse de pie. Será más difícil su recuperación por la diabetes e hipertensión que padece, pero también por su avanzada edad.
“Antes del día 15 (de julio), subí al tercer piso para los estudios de mi esposo y no había médicos, me mandaron a urgencias, en un consultorio bajo el doctor Adame a darle consulta, fue donde asistieron todo el estudio del laboratorio y estaba en perfectas condiciones, pero hay que esperar”.
María Ávila señaló que solo se burlan de su desgracia, pues el pasado 15 de julio lo citaron a cirugía, pero antes de entrar al quirófano la cancelaron indicando de nueva cuenta que la prótesis que se le había asignado la entregaron a otra persona. La cirugía fue reprogramada para diciembre de este año.
“Me dieron un precio de la prótesis de 75 mil pesos, yo vivo al día, soy una persona pensionada y mi esposo también es pensionado. No tenemos ni choche, cada que venimos al hospital tenemos que pagar 600 pesos, 300 pesos de ida y 300 pesos de regreso”.
Por último, María Ávila mencionó que no tienen la capacidad económica para comprar una prótesis, que ronda entre los 75 mil pesos, pues ambos son pensionados y los gastos del padecimiento de su esposo los tiene en crisis. Desesperada solo espera que operen a su esposo, pues su paciencia se acabó después de siete años que los tiene esperando el IMSS.